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Facultad de la Defensa

La Facultad de la Defensa “FADENA” tiene como función capacitar a civiles y militares en temas referentes a la defensa nacional. La creación de la Facultad de la Defensa responde a la demanda y necesidad de formación de académicos y profesionales de alto nivel para comprender y asesorar sobre estos temas. De esta manera se fortalecen los posgrados existentes, y se crearán otros, con lo cual se jerarquiza a la institución incorporando prácticas de docencia, investigación y extensión propias de un ámbito universitario.

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Facultad del Ejército

La Facultad del Ejercito brinda servicios educativos llevados a cabo por el Colegio Militar de la Nación, la Escuela de Suboficiales Sargento Cabral, la Escuela Superior de Guerra, y la Escuela Superior Técnica.

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Facultad de la Armada

Facultad Militar Conjunta

La Facultad Militar Conjuntatiene una oferta educativa llevada a cabo por la Escuela Superior de Guerra Conjunta, el Instituto de Inteligencia de las Fuerzas Armadas y el Instituto de Ciberdefensa de las Fuerzas Armadas.

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Centro Regional Universitario Córdoba - IUA

Facultad de Ingeniería y Facultad de Ciencias de la Administración

El Centro Regional Córdoba “IUA” brinda servicios educativos llevados a cabo por el Instituto Universitario Aeronáutico, que incluye la Facultad de Ciencias de la Administración y la Facultad de Ingeniería

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Facultad de Ingeniería del Ejército

La Facultad de Ingeniería del Ejército “General de División Manuel Nicolás Savio”, fue creada en 1930 por el entonces Teniente Coronel Manuel Nicolás Savio, precursor del movimiento “Ciencia, Tecnología y Sociedad”; consciente de la necesidad de formar recursos humanos altamente especializados en las distintas ramas de la ingeniería, para poner en marcha la movilización industrial y obtener el mayor rendimiento de los materiales de guerra, contribuyendo simultáneamente a la solución de los problemas relativos a la Defensa Nacional y al desarrollo de la Sociedad toda.

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11 de Septiembre de 2020

La educación como pilar de la conciencia antártica argentina

Prof. Tamara Sandra Culleton

A lo largo de nuestra vida escolar, convivimos con este silencioso y remoto continente: la Antártida, aunque pocas veces logramos apreciar la totalidad de su territorio. Esto se debe a que, en general, aparece como un continente sin rostro debido a su representación de forma parcial.[1] Incluso en muchas instancias es excluido de su categoría de “continente” en los abordajes de los contenidos curriculares obligatorios.[2] En muy pocas ocasiones nos posicionamos en las zonas australes de nuestro planeta para aprender Historia, Literatura o Ciudadanía, solo por mencionar algunas áreas curriculares. Ello resulta curioso si tenemos en cuenta que es el único continente sin países y a su vez, la mayor reserva de agua de nuestro planeta, lo que le otorga un enorme valor geoestratégico.

Esto cobra aún mayor relevancia si tenemos en cuenta que Argentina tiene presencia ininterrumpida en territorio antártico desde el año 1904. El 22 de febrero de aquel año se izó por primera vez pabellón argentino en el observatorio meteorológico de Isla Laurie, en las islas Orcadas del Sur, hecho que inaugura nuestra historia antártica. De hecho, nuestro vínculo con Antártida se había iniciado un tiempo antes, cuando nuestro país saltó a las portadas de la prensa mundial al rescatar en el año 1903 a los miembros de la Expedición sueca comandada por Otto Nordenskjöld (1901-1903), de la que también participaba el joven alférez argentino José María Sobral.[3] Desde entonces, la historia contemporánea de nuestro país incluye en todos sus períodos importantes capítulos y destacados pioneros y pioneras antárticos.

Durante las décadas de 1940 y 1950, se consolidó en Argentina una fuerte política antártica, que promovió la incorporación de esos espacios a los imaginarios territoriales de los argentinos.[4] Esta defensa de pretensiones soberanas incluso desató enfrentamientos armados, con el fin de resistir frente al avance que realizaban en la región las potencias extranjeras de la época.[5] Sin embargo, esta historia es generalmente ignorada por la mayoría de la población argentina. Este desconocimiento, en muchas ocasiones, ha condenado al olvido a aquellos hombres y mujeres que sostuvieron con su trabajo nuestra presencia en aquellas latitudes australes. Actualmente, este accionar es sostenido por diversos actores, entre los que destacamos a los maestros antárticos de la Escuela Provincial N° 38 “Presidente Raúl Ricardo Alfonsín”, instalada en Base Esperanza desde el año 1978.[6]

En el caso de nuestro país, una porción del continente antártico está presente en la representación de la nación y, por lo tanto, en las aulas. La zona conocida como Sector Antártico Argentino[7] se incluye formalmente en la cartografía oficial desde el año 1946, cuando se estableció por Decreto Nacional N° 8.944 que todos los mapas de la República Argentina debían incorporar esa porción del territorio antártico. En el año 2010, luego de varias décadas de representación marginal en la cartografía oficial argentina, se sancionó la Ley Nacional N° 26.651, que estableció la obligatoriedad del uso del mapa bicontinental. Esta tendencia ha cobrado aún mayor transcendencia con la reciente extensión de la plataforma continental más allá de las 200 millas y su incorporación a la cartografía oficial. Este hecho pone de manifiesto la necesidad de la toma de conciencia respecto a otro territorio también invisibilizado en las prácticas de enseñanza y aprendizaje: el Atlántico Sur.

Incluso más allá de la representación del territorio nacional, la relación entre Antártida y nuestra provincia más austral tiene su propia trayectoria histórica. En 1948, a través del Decreto N° 9.905, se estableció la dependencia política y administrativa del Sector Antártico Argentino del Gobernador Marítimo del Territorio Nacional de Tierra del Fuego. Incluso posteriormente a la firma del Tratado Antártico esos territorios continuaron bajo la esfera del gobierno provincial fueguino. Actualmente, el Sector Antártico Argentino es uno de los cinco Departamentos de la provincia, y a su vez, territorio donde hay presencia institucional y de autoridades provinciales.[8]

Cabe destacar que la historia de Argentina en Antártida coexiste con el Sistema del Tratado Antártico, marco legislativo internacional que regula las actividades que se llevan a cabo en el sexto continente. Este acuerdo, firmado del 1° de diciembre de 1959 y que entró en vigencia en 1961, se consolidó en plena Guerra Fría en el marco de las tensiones generadas frente al avance de las potencias hacia el Polo Sur. Es fruto de la experiencia de cooperación internacional llevada a cabo durante el Año Geofísico Internacional (1957-1958), evento que consagró el continente a la ciencia y la paz.[9] Sin embargo, este acuerdo internacional contempla en su Artículo IV los reclamos de soberanía, no solo reconociéndolos sino también resguardándolos. Argentina, como nación con presencia antártica, ha sido parte de todo el proceso de debate y de acuerdos que llevaron a la firma del Tratado Antártico. Hoy, nuestro país es una de las 29 Partes consultivas y sede, desde el año 2003, de la Secretaría del Tratado Antártico.

Entonces, ¿por qué en Argentina se generan opiniones tan dispares cuando se habla de Antártida? Esta pregunta tiene varias respuestas posibles. Una que nos interesa destacar es que, al día de hoy, en Argentina no existe una política educativa antártica sostenida en el tiempo. Durante la realización del I Foro de Educación Antártica, llevado a cabo en Buenos Aires en el año 2016 en el marco del XVI Encuentro de Historiadores Antárticos Latinoamericanos, señalamos la necesidad de revisar las interpretaciones de la historia antártica en nuestro país.[10] Esta reinterpretación estaba motivada por la percepción que registrábamos desde nuestra propia experiencia en las aulas, no solo desde nuestro rol docente sino también desde nuestro paso por todos los niveles del sistema educativo argentino. Desde entonces, continuamos en la búsqueda de alternativas para que la presencia de temas antárticos sea una realidad en las aulas argentinas.

Consideramos que la educación es una pieza clave en el medio de este entramado de desafíos. Por lo tanto, las aulas y la formación docente son los primeros espacios donde se deben discutir, por un lado, el rol de nuestro país en Antártida y, por otro, el valor que tiene para la humanidad este continente. Si bien partimos de un paradigma pedagógico que sostiene que el aprendizaje dista de tener únicamente lugar en los espacios formales, lo cierto es que la función de las escuelas en la formación de la conciencia nacional es ineludible. Es en las aulas donde se educan las nuevas generaciones, en cuyas manos quedará la defensa de nuestros intereses marítimos y de nuestra presencia en Antártida.

[1] En general, en la cartografía escolar, se utilizan proyecciones que representan parcialmente al continente antártico. Incluso muchas veces queda excluido de la representación de las masas continentales.
[2] Una situación similar se advierte respecto al Océano Austral, que es escasamente mencionado en la bibliografía escolar utilizada actualmente en Argentina. En este sentido, no nos referimos exclusivamente a textos que desarrollen contenidos de Geografía, ya que consideramos que la presencia de estos espacios en los imaginarios territoriales debe construirse de forma integrada desde todas las áreas.
[3] Estos dos eventos y la puesta en marcha en 1904 de la Compañía Argentina de Pesca (primera empresa moderna dedicada a la explotación ballenera en el Atlántico Sur) son los pilares sobre los que se sostienen los 116 años de presencia argentina en el continente antártico.
[4] Al respecto, recomendamos el trabajo realizado por los investigadores Guillermo Cicalese y Silvina Pereyra (2018) La invención cultural de un territorio imaginado 1938-1961. Exploradores, útiles escolares, mapas, estampillas y taxidermia para la creación de la Argentártida Mar del Plata, UNMDP. Disponible en http://nulan.mdp.edu.ar/3054/
[5] Para conocer más sobre lo ocurrido en estas décadas en el continente antártico, consultar el trabajo de Pablo Gabriel Fontana (2018) La Pugna Antártica. El conflicto por el sexto continente. 1939-1959, Buenos Aires, Guazuvirá Ediciones.
[6] Cabe destacar que es la única escuela de nuestro país que no ha cerrado sus puertas en el contexto de pandemia por el COVID-19.
[7] El sector sobre el que Argentina reclama soberanía es el comprendido entre el Paralelo 60° Sur y el Polo Sur y los meridianos 25° y 74° latitud Oeste.
[8] Solo para citar algunos ejemplos, podemos mencionar que en el Sector Antártico Argentino funciona la Escuela Provincial N° 38 “Presidente Raúl Ricardo Alfonsín”, que es un territorio contemplado en el padrón electoral provincial y que también el RENAPER, el sistema sanitario y el turismo son controlados desde Tierra del Fuego.
[9] Fue este evento científico el que forjó el que hoy es el lema de Antártida, continente dedicado a “la ciencia y la paz”.
[10] Véase https://revistaestudioshemisfericosypolares.cl/ojs/index.php/rehp/article/view/26

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