
El sueño como factor estratégico: una mirada científica sobre el rendimiento en las Fuerzas Armadas
El pasado lunes 19 de mayo, el Capitán Médico Agustín Folgueira, de la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la Universidad de la Defensa Nacional (UNDEF), brindó la conferencia “Sueño y rendimiento en las Fuerzas Armadas: desafíos actuales” en el Salón Belgrano del Estado Mayor General del Ejército. La actividad, dirigida a personal de las Fuerzas Armadas, abordó la relación entre el descanso, la salud y el desempeño operativo.
Durante la exposición, se enfatizó que el sueño es un proceso biológico esencial, estrechamente vinculado al estado de alerta, el juicio, la toma de decisiones y el rendimiento general. La cantidad y calidad del sueño —especialmente el nocturno— son determinantes para el funcionamiento físico y cognitivo.
Folgueira repasó los principales trastornos del sueño que afectan a la población general y que pueden tener consecuencias de relevancia en el ámbito militar. Entre ellos, se destacó el insomnio, presente en aproximadamente el 10% de la población, caracterizado por una dificultad persistente para iniciar o mantener el sueño, incluso en condiciones adecuadas para dormir. Su abordaje clínico incluye estrategias no farmacológicas como la higiene del sueño, la terapia cognitivo-conductual, técnicas de relajación y control de estímulos, además de tratamientos médicos en los casos que así lo requieran.
Otro de los temas centrales fue el síndrome de apneas obstructivas del sueño (SAHOS), que se manifiesta a través de interrupciones respiratorias durante la noche y está asociado a un amplio abanico de consecuencias a corto y largo plazo: somnolencia diurna, disminución del rendimiento, hipertensión, afecciones cardiovasculares, diabetes y síndrome metabólico.
La exposición también abordó los trastornos del ritmo circadiano, como el jet lag provocado por viajes o el llamado “jet lag social”, asociado a patrones de sueño irregulares o inadecuados por razones culturales, laborales o de estilo de vida. Se subrayó la influencia de los cronotipos —las preferencias individuales para dormir temprano o tarde— y su impacto en el desempeño, especialmente en poblaciones jóvenes, como los cadetes de institutos militares.
En este marco, se presentaron investigaciones desarrolladas por la Universidad de la Defensa Nacional en articulación con otras instituciones académicas. Uno de los proyectos destacados fue el estudio cronobiológico llevado adelante en la Base Antártica Belgrano II, que evaluó el impacto del aislamiento, el confinamiento prolongado y la oscuridad polar sobre el sueño y los ritmos biológicos. Los resultados evidencian un retraso en la fase circadiana, menor duración del sueño nocturno y una tendencia a compensar con siestas diurnas. La investigación forma parte del proyecto “Cronobiología del aislamiento antártico”, realizado en conjunto con la Universidad Católica Argentina.
Asimismo, se presentó el proyecto “Análisis del rendimiento vinculado a las condiciones del ciclo sueño/vigilia en las Tropas de Montaña del Ejército Argentino”, que busca desarrollar herramientas digitales para predecir estados de alerta, fatiga y variaciones en el rendimiento operativo. La iniciativa se propone contribuir a la planificación de misiones y a la reducción de riesgos en situaciones de entrenamiento o despliegue.
Uno de los conceptos más reiterados a lo largo de la conferencia fue que el sueño no puede ser considerado un lujo ni una variable secundaria. “No existe el sueño excesivo”, afirmó Folgueira, quien remarcó que, en condiciones operativas, los efectos de la privación de sueño son comparables a los del consumo de alcohol. Dormir menos de cinco horas por más de cinco días consecutivos puede producir una disminución del 20% en el rendimiento cognitivo, similar a estar entre 24 y 48 horas sin dormir.
El sueño es, en definitiva, un multiplicador de fuerza. Junto con la alimentación saludable, la actividad física, el control del peso y otros hábitos preventivos, forma parte de los “esenciales para la vida”, ejes del Programa de Neurodefensa que impulsa la Universidad de la Defensa Nacional.
Sigamos Conectados