Jornadas de Neurociencia en el Hospital Militar Central: “Innovación para la calidad de vida de nuestros pacientes”

Los días 29 y 30 de mayo se llevaron a cabo las Primeras Jornadas de Neurociencia del Hospital Militar Central, un encuentro académico con una perspectiva integral que abordó los avances y desafíos en neurología, neurocirugía y psiquiatría. Bajo el lema “Innovación para la calidad de vida de nuestros pacientes”, el evento estuvo dirigido a profesionales de la salud y estudiantes avanzados.

La Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Universidad de la Defensa Nacional fue invitada a participar en el Módulo Cognición y Sueño. El viernes 30, el CT Med. Agustín Folgueira brindó la conferencia Neurodefensa y Sueño, en la que se abordó la aplicación práctica de la neurociencia a las problemáticas específicas que pueden surgir en el Ejército Argentino durante el adiestramiento, alistamiento y sostenimiento de operaciones militares.

El sueño es un proceso biológico esencial para la vida. Permite afrontar las exigencias diarias, conservar la salud física y mental, mantener el estado de alerta y preservar habilidades como el juicio, la toma de decisiones y el rendimiento cognitivo. La duración adecuada del sueño es aquella que permite a cada persona sentirse descansada y funcionar de manera óptima; en la mayoría de los adultos, esto implica entre siete y nueve horas por noche. La mayor calidad y duración del sueño se logra durante la noche, mientras que los niveles de alerta y rendimiento alcanzan su punto máximo durante el día. Un sueño saludable se caracteriza por una duración suficiente, continuidad con pocas interrupciones y regularidad en los horarios. Cuando estas condiciones no se cumplen, se puede estar ante un trastorno del sueño.

Las funciones biológicas se han adaptado a un ciclo de 24 horas determinado por la rotación de la Tierra. Esto ha dado lugar a los denominados ritmos circadianos. El ciclo sueño-vigilia humano se ajusta a este ritmo, manteniéndose sincronizado gracias a estímulos ambientales, siendo la luz solar el principal sincronizador. Existen diferencias individuales en los hábitos de sueño —conocidos como cronotipos— que hacen que algunas personas funcionen mejor por la mañana o por la noche. En la adolescencia, por ejemplo, se observa una tendencia a acostarse y despertarse más tarde, lo que puede afectar el rendimiento en contextos como los institutos militares.

El ritmo circadiano puede desincronizarse cuando no se adapta correctamente al entorno, como sucede tras viajes que cruzan varios husos horarios (jet lag) o en condiciones de aislamiento, como vivir sin exposición a la luz natural. La privación del sueño y la desincronización circadiana provocan somnolencia diurna, disminución del rendimiento y, a largo plazo, aumentan el riesgo de enfermedades cardiovasculares, obesidad y otros trastornos metabólicos.

En este marco, se presentó un proyecto que investigó el impacto cronobiológico en la Base Belgrano II en la Antártida, observando un retraso de los ritmos circadianos y una reducción en la cantidad, calidad y eficiencia del sueño durante la noche polar. El estudio —titulado Cronobiología del aislamiento antártico: la utilización de la Base Belgrano II como análogo espacial— es coordinado por la Universidad Católica Argentina y la Universidad de la Defensa Nacional. Evalúa el impacto del aislamiento prolongado en los ritmos biológicos, el sueño y el rendimiento. En condiciones de oscuridad permanente, el reloj biológico pierde la referencia lumínica, afectando el descanso. Durante la noche polar, las personas tienden a acostarse más tarde y a dormir menos, compensando con siestas más largas. Una adecuada higiene del sueño, iluminación artificial apropiada y una estructura horaria fija resultan fundamentales para mantener la sincronización biológica.

La privación de sueño tiene un impacto directo en el rendimiento militar. Estar despierto entre 16,9 y 18,6 horas produce una disminución en los reflejos similar a tener 0,5 g/l de alcohol en sangre. Dormir menos de cinco horas durante cinco días consecutivos puede generar un déficit cognitivo del 20 %, comparable a permanecer entre 24 y 48 horas sin dormir. Sin embargo, estos efectos suelen subestimarse.

La falta de sueño afecta la somnolencia diurna, la motivación, la velocidad de respuesta, la estabilidad emocional, la concentración, el juicio, la planificación y la capacidad de resolver problemas. A largo plazo, se asocia con dificultades en las relaciones sociales, irritabilidad, depresión, hipertensión, enfermedades cardiovasculares, síndrome metabólico y diabetes.

En el ámbito operativo, donde las misiones pueden extenderse de forma continua, la privación de sueño es una amenaza crítica. Se ha comprobado que los soldados, incluso bien entrenados y equipados, pierden eficacia operativa luego de 48 horas sin dormir. La irregularidad horaria y las largas jornadas reducen el rendimiento físico y mental. A pesar del entrenamiento, no existe adaptación a la falta de sueño: el rendimiento depende directamente de la cantidad y calidad del descanso. Dormir bien no es un lujo, sino un multiplicador de fuerza. No existe el “sueño excesivo” para el soldado: el descanso es una necesidad crítica para alcanzar el éxito en las misiones.

Otro proyecto, titulado Análisis del rendimiento vinculado a las condiciones del ciclo Sueño/Vigilia en las Tropas de Montaña del Ejército Argentino, analiza variables cronobiológicas en tropas de operaciones especiales con el objetivo de diseñar sistemas de gestión del riesgo por fatiga. Mediante herramientas digitales de predicción del estado de alerta, se busca mejorar los protocolos de detección de alteraciones del sueño y fatiga en condiciones operacionales, desarrollando modelos matemáticos que permitan anticipar caídas de rendimiento, optimizar la planificación de misiones y reducir riesgos en contextos militares y de entrenamiento.

En síntesis, vivimos en una sociedad cada vez más privada de sueño. Las alteraciones del descanso disminuyen el nivel de alerta y el rendimiento general. Dormir bien mejora la atención, la creatividad, la memoria y reduce la tasa de errores y accidentes. En contextos militares, el sueño no es una debilidad: es un recurso estratégico. Intervenciones como una buena higiene del sueño o sistemas de gestión de fatiga pueden minimizar los efectos de su pérdida. Actualmente, se trabaja en el desarrollo de un sistema de manejo del riesgo profesional en las Fuerzas Armadas que, mediante el registro del ritmo circadiano y otros parámetros cronobiológicos, permita predecir con eficacia caídas en el rendimiento, incidentes y accidentes operacionales.

Articulación entre el rectorado de la UNDEF y la Facultad de la Armada

En el marco de una jornada de articulación estratégica, autoridades del gabinete de gestión del Rectorado de la Universidad de la Defensa Nacional (UNDEF) visitaron la Facultad de la Armada (FadARA) para avanzar en una agenda común centrada en la formación académica, la investigación científica y la gestión universitaria con perspectiva de defensa.

El encuentro, que tuvo lugar el martes por la mañana, reunió a funcionarios del nivel central de la Universidad con el equipo de gestión de FadARA, y contó con la participación destacada del Director General de Educación de la Armada, Contraalmirante Juan Carlos Romay. La presencia del alto mando de la fuerza subrayó el sentido institucional del encuentro y la prioridad que la Armada asigna a la formación profesional de su personal en el marco del sistema universitario de la defensa.

Durante la jornada se repasaron los principales proyectos previstos para el bienio 2024–2025, se compartieron diagnósticos sobre el estado actual de las líneas de docencia, investigación y vinculación, y se reafirmó la voluntad de sostener una universidad con visión estratégica, excelencia académica y compromiso con los valores democráticos y soberanos que guían a las Fuerzas Armadas.

El rector de la UNDEF, Dr. Julio Spota, encabezó la delegación institucional junto a los secretarios y secretarias generales del Rectorado. Por parte de la FadARA, el decano CL (RE) Juan Carlos Bazán condujo el encuentro junto a su equipo directivo. Ambas partes coincidieron en la importancia de consolidar espacios de planificación compartida que integren capacidades civiles y militares en torno a una agenda formativa orientada a los desafíos contemporáneos de la defensa nacional.

Al finalizar la jornada, se destacó la relevancia de este tipo de instancias como expresión concreta de un modelo universitario basado en la cooperación, la profesionalización y la construcción de soberanía desde el conocimiento.

Tecnología estratégica en la defensa: una charla con el INVAP

El miércoles 28 de mayo, la Universidad de la Defensa Nacional (UNDEF) recibió a autoridades de INVAP S.A., empresa estatal especializada en innovación tecnológica, en una jornada realizada en el Salón Almirante Brown del Rectorado. Bajo el título “Tecnología estratégica: el rol de INVAP en la defensa”, la actividad reunió a estudiantes, docentes, investigadores y autoridades universitarias para conocer de primera mano el trabajo de la empresa en el campo de la defensa nacional.

La exposición estuvo a cargo del Ing. Javier Conti, gerente del área de Defensa, Seguridad y Ambiente, y del Ing. Luis Genovese, gerente del Área Espacial. Ambos repasaron los principales desarrollos de INVAP y su articulación con sectores estratégicos del Estado, especialmente del sistema científico-tecnológico vinculado a la defensa.

Nuestro objetivo no es solo fabricar, sino acompañar todo el ciclo de vida de cada desarrollo. La tecnología no termina cuando se entrega el producto: se sostiene y evoluciona”, explicó el Ing. Conti, destacando que INVAP opera con una lógica de reinversión de utilidades y una gobernanza orientada a la equidad, beneficiando directamente a sus trabajadores y a una red de más de 3.200 proveedores, en su mayoría nacionales.

Desde su origen en 1976 a partir de la CNEA para impulsar la investigación aplicada y el desarrollo tecnológico en el sector nuclear, INVAP desarrolló capacidades en áreas como energía nuclear, salud, telecomunicaciones, radares y satélites. En la jornada se hizo especial énfasis en el desarrollo de radares primarios y secundarios para el control del espacio aéreo y la defensa nacional.

El radar secundario identifica y rastrea aeronaves equipadas con transponders. Pero en defensa, el problema aparece cuando esa aeronave no quiere ser detectada. Ahí es donde interviene el radar primario: detecta cualquier objeto, sin necesidad de cooperación del blanco”, puntualizó Conti. “Desde 2004 desarrollamos los primeros prototipos, que luego derivaron en radares como el RPA-240, hoy desplegado en el norte del país. Estos equipos permiten una vigilancia aérea de largo alcance, con tecnología de barrido electrónico”.

Entre los logros destacados se mencionó el Plan SINVICA, orientado al diseño y fabricación de radares de defensa 3D en cooperación con la Fuerza Aérea Argentina (FAA), y la participación de INVAP en el desarrollo del RTA-200, su radar más reciente, en versiones fija y móvil. Estos sistemas constituyen actualmente tecnologías clave para la vigilancia territorial y el sistema de Defensa Nacional.

El el área espacial, Genovese repasó las misiones satelitales impulsadas por INVAP en colaboración con la CONAE y organismos internacionales como la NASA. “En los años 2000 lanzamos el programa SAOCOM, que implicó el desarrollo de una tecnología de radar de apertura sintética. Es como tener ojos de microondas en el espacio: atraviesa nubes, opera de noche, y brinda imágenes con propiedades imposibles de obtener con sensores ópticos”, explicó. “Hoy trabajamos en la misión SABIAMAR, orientada a monitorear los océanos y proteger sus ecosistemas, un paso clave hacia una soberanía también ambiental”.

En representación de la UNDEF, el CR (VGM) Dr. Daniel Esteban, Secretario de Ciencia, Tecnología e Innovación, remarcó el valor estratégico de estos vínculos institucionales: “Esta actividad se inscribe en una estrategia institucional que busca integrar el sistema universitario de defensa con el entramado productivo nacional, promoviendo la formación de profesionales con visión estratégica y fomentando la innovación aplicada”.

El encuentro mostró cómo áreas como la vigilancia del espacio aéreo o el desarrollo satelital ya tienen reflejo en proyectos científicos y académicos de la Universidad. Una articulación que refuerza el camino hacia una defensa nacional basada en el conocimiento y en la soberanía tecnológica.