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Facultad de la Defensa

La Facultad de la Defensa “FADENA” tiene como función capacitar a civiles y militares en temas referentes a la defensa nacional. La creación de la Facultad de la Defensa responde a la demanda y necesidad de formación de académicos y profesionales de alto nivel para comprender y asesorar sobre estos temas. De esta manera se fortalecen los posgrados existentes, y se crearán otros, con lo cual se jerarquiza a la institución incorporando prácticas de docencia, investigación y extensión propias de un ámbito universitario.

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Facultad del Ejército

La Facultad del Ejercito brinda servicios educativos llevados a cabo por el Colegio Militar de la Nación, la Escuela de Suboficiales Sargento Cabral, la Escuela Superior de Guerra, y la Escuela Superior Técnica.

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Facultad de la Armada

Facultad Militar Conjunta

La Facultad Militar Conjuntatiene una oferta educativa llevada a cabo por la Escuela Superior de Guerra Conjunta, el Instituto de Inteligencia de las Fuerzas Armadas y el Instituto de Ciberdefensa de las Fuerzas Armadas.

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Centro Regional Universitario Córdoba - IUA

Facultad de Ingeniería y Facultad de Ciencias de la Administración

El Centro Regional Córdoba “IUA” brinda servicios educativos llevados a cabo por el Instituto Universitario Aeronáutico, que incluye la Facultad de Ciencias de la Administración y la Facultad de Ingeniería

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Facultad de Ingeniería del Ejército

La Facultad de Ingeniería del Ejército “General de División Manuel Nicolás Savio”, fue creada en 1930 por el entonces Teniente Coronel Manuel Nicolás Savio, precursor del movimiento “Ciencia, Tecnología y Sociedad”; consciente de la necesidad de formar recursos humanos altamente especializados en las distintas ramas de la ingeniería, para poner en marcha la movilización industrial y obtener el mayor rendimiento de los materiales de guerra, contribuyendo simultáneamente a la solución de los problemas relativos a la Defensa Nacional y al desarrollo de la Sociedad toda.

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18 de Junio de 2020

Acerca de Manuel Belgrano

Por Nilda Garré.
Abogada. Ex Diputada de la Nación.
Ex Ministra de Defensa y de Seguridad.
Secretaria Ejecutiva del CEEPADE

El Centro de Estudios Estratégicos para la Defensa tiene el privilegio de llevar el nombre del General Manuel Belgrano, un patriota ejemplar y un servidor incondicional de la causa de la independencia de nuestro pueblo.

Este 20 de junio es especial porque recordamos el bicentenario de su muerte y, además, como todos los 20 de junio, celebramos también  el Día de la Bandera, que él creó.

Por eso, este Bicentenario es un momento más que propicio para reflexionar sobre su pensamiento, de avanzada para su época en muchos temas, su entrega desinteresada, su compromiso con la libertad y la igualdad de todos.

Belgrano ha sido congelado por la historia oficial como creador de la bandera y, sin perjuicio de la enorme importancia de ese acto, su simbolismo y sus implicancias estratégicas, hay muchos otros aspectos  muy significativos para analizar en su vida, su pensamiento y su obra.

Cuando regresó de España, después de graduarse como abogado, ocupó el cargo de Secretario del Consulado de Buenos Aires, recientemente creado. Desde ese lugar, puso en evidencia su vocación y su formación en Economía y su convicción en la necesidad de fomentar las actividades productivas y el comercio para lograr el desarrollo y la prosperidad.

Para ese desarrollo, promovió también, con precocidad histórica, la creación de escuelas gratuitas en todo el territorio, algo que se alcanzó en el país muchas décadas después, y para hombres y mujeres, lo que también fue un notable salto en las costumbres de la época.

Insistió en la necesidad de escuelas de agricultura, de dibujo, de náutica, de comercio, que formaran en oficios que permitieran contar con los recursos humanos necesarios  para el crecimiento económico.

Belgrano también tuvo un rol activo en la Reconquista  y la Defensa de Buenos Aires, en 1806 y 1807,  respectivamente, en ocasión de las invasiones inglesas.

Participó en los preparativos del proceso que culminó el 25 de mayo de 1810 con la elección del primer gobierno patrio e integró la Primera Junta, que se eligió ese día  y que depuso al Virrey representante del poder monárquico español, lo que consagró el triunfo de la Revolución.

Dado que la provincia del Paraguay se negó a plegarse a la insurrección de Mayo, la Junta decidió otorgar a Belgrano el grado de General y le encargó su primera misión militar: lograr el acatamiento de Paraguay  a las nuevas autoridades.

En esta empresa, debe destacarse una perspectiva menos conocida de la trayectoria  de Belgrano. Es la vinculada al dictado del Reglamento para la organización de las misiones, instrumento jurídico que evidencia un espíritu revolucionario con ideas muy avanzadas para la época.

En efecto, emitió en primer lugar una proclama a los guaraníes y criollos que habitaban la región –en total igualdad–   y, a continuación, redactó un Reglamento que, entre otros puntos, declaraba libres a los naturales de Misiones e iguales a los criollos y a los naturales, establecía escuelas gratuitas de artes y oficios y determinaba, en conocimiento de los abusos que sufrían los trabajadores del lugar, que todos debían cobrar en efectivo, no en vales ni en bonos.

Lamentablemente, este Reglamento revolucionario no pudo ser tratado en los respectivos Cabildos, pero es una muestra más que elocuente de sus ideas pioneras de igualdad, justicia y libertad.

Es especialmente destacable su profundo sentido del deber cuando, sin ser militar, aceptó la enorme responsabilidad de comandar el Ejército del Norte para dar batalla en el más cruento de los escenarios de la guerra de la independencia.

En su etapa altoperuana, logró importantísimos triunfos en las batallas de Salta y Tucumán, que fueron determinantes en la victoria definitiva sobre los realistas.

Con anterioridad, y dando nuevamente muestras de su capacidad estratégica para la constitución de una Nación, izó por primera vez nuestra querida bandera celeste y blanca el 27 de febrero de 1812, e hizo que los soldados del Ejército del Norte le juraran fidelidad como Bandera Nacional el 25 de mayo de ese año.

También tuvo reveses militares en Vilcapugio y Ayohuma , básicamente determinados por la falta del indispensable apoyo que reclamaba en aspectos logísticos y recursos humanos.

Su fecundo diálogo con  San Martín y la especial amistad que desarrollaron fueron  fundamentales en la estrategia libertadora.

Sus palabras “…sirvo a la patria sin otro objetivo que el de verla constituida, este es el premio a que aspiro…”, sintetizan muy claramente cuál fue su convicción y su compromiso de vida, ideales que no defraudó en toda su trayectoria.

Por esa coherencia, esa integridad, esa valentía y esa entrega a la Patria le rendimos hoy nuestro emocionado homenaje.

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